La civilización está muerta, pero Chito y Yuuri siguen vivos. Así que suben a bordo de su amada motocicleta Kettenkrad y deambulan sin rumbo fijo por las ruinas del mundo que una vez conocieron. Día tras día desesperado, buscan su próxima comida y combustible para su viaje. Pero mientras los dos estén juntos, incluso una existencia tan sombría como la de ellos tiene uno o dos rayos de sol, ya sea que estén chupando su ración de sopa o buscando piezas de máquinas con las que jugar. Para dos chicas en un mundo lleno de nada, las experiencias y sentimientos que comparten les dan algo por lo que vivir.